martes, 29 de julio de 2008

capitulo 3

Don Francesco para evitar una discusión con su esposa, simula una grave discusión junto a su hijo Marco Antonio. Francesco se había ido a comer con Paola para concertar la fábrica de macarrón que la joven está deseando construir, pero a casa de los Magliano llama el inspector de policía y dice que D. Francesco que habia quedado en almorzar con el, no se ha presentado. Doña Janette ya tenia preparada una buena fregada para su esposo, pero Mariana avisó de lo que pasaba a Marco Antonio y este junto con su padre simularon un terrible enfado para que la madre ni se acordara de lo que tenia que decir.
Mateo aparece en la hacienda un día que Gumersindo y su hija Angélica han salido a solucionar unos problemas, solo la insistencia de Rosana de cara a su madre, hacen que Doña Socorro consienta en que Mateo vea a su hijo Mario, el joven le promete a su hijo que algún día volverá para llevarle con el. Deja su dirección para que le envien a la pensión el dinero que le debe Gumersindo por todo su trabajo. Cuando el barón del café regresa a su hacienda se sorprende de la noticia de la visita del italiano, pero acepta enviarle todo el dinero que le debe. Mientras ha llegado Marco Antonio a la hacienda, pero Rosana rehúye, hasta que un día ni corta ni perezosa, le entrega la dirección de Juliana y Mateo, Marco Antonio corre hacia Sao Paulo, y pide a la policía que vaya a buscar a la pequeña esa misma noche.
Pillan de sorpresa a los amantes, encarcelan a Mateo, y se llevan a la niña, dejando a Juliana en la pensión sola. Cuando la joven vuelve un poco a reaccionar, va a casa de Francesco y le ruega que le permita ver a su hija, y Mariana la informa de que desde que la niña llegó a la casa, nadie hace caso del niño Francisco. Mateo es puesto en libertad, y se dirige a hablar con Francesco quien le dice que es mejor que la niña esté en aquella casa, porque asi será mejor criada, Juliana desconsolada, escucha como el banquero les comenta que les ayudará en todo lo necesario siempre a condicion de que dejen a la pequeña alli, Mateo le hace ver que es lo mejor para todos, ya que no pueden hacer otra cosa. Mateo y Amadeo quieren hacer una sociedad y comprar unos terrenos, pero se enteran de que son propiedad del banco de Francesco, quien les propone que el banco cede los terrenos y ellos construyen las casas para ser vendidas por el banco, en dicha sociedad tambien pondrán como socios a Juliana y Marco Antonio.
Una enorme sorpresa se produce en estas fechas, ya que Dolores acaba llevándo a su nietecito Juan, a la pensión, y alli Juliana se muestra encantada de cuidar del pequeño siempre que haga falta....Lo que no sabe la dulce joven es que Juan es su propio hijo.
José Alceu, hijo de Naná se ha enterado de que su madre está embarazada de Atenor, al que no acepta como esposo de su madre, y junto con su primo Tisiú se escapa de su casa para ir a la hacienda de Gumersindo dónde cree que no le irán a buscar. Pero Atenor viaja a la hacienda y en medio de una discusión el hombre le pide al niño que le golpee con todas sus fuerzas, el niño lo hace, descargando así toda la furia que siente, y al final acaban reconciliándose, regresando los dos a casa acompañados de Tisiú. Un problema se cierne sobre Ana (la hija de Juliana) no acepta la leche de vaca, y al final Janette accede a que sea Juliana la que amamante a la niña. Juliana se ha encariñado tanto con Juanito que pide a Doña Dolores que le deje dormir en el cuarto con ella y Mateo, la dueña de la pensión sabedora de que realmente son sus verdaderos padres consiente en ello.
Francesco acaba confesandole a Paola porque tuvo que viajar a Brasil, en su juventud luchó contra otro hombre por causa de una mujer, y durante la pelea el otro hombre murió, después de esta terrible confesión se besan y Francesco pasa toda la noche en casa de Paola, su esposa le espera despierta, y cuando regresa a la mañana siguiente, le comunica a su esposa que ha decidido separarse de ella e irse a vivir con Paola. Janette se queda desolada al saber que su esposo la deja por una bella y joven mujer.
En la hacienda de Gumersindo todo se prepara para que Leonora por fin pueda ir junto a su esposo Bartolo y sus queridos viñedos, por ello presenta a Doña Leonora a Florinda, una joven italiana que trabajará allí cuando Leonora se marche.
Marco Antonio al ver como su madre se consume de tristeza, le habla de hacer un viaje a la hacienda de Gumersindo, a lo que Janette accede. Son muy bien recibidos menos por Rosana, que solo se muestra entusiasmada cuando oye al joven Marco Antonio hablar de política y exponer sus ideas, por la noche se encuentran en la cocina, e incómodos cada uno se va a su habitación, pero ya dentro, Rosana no puede dormir, y finalmente se decide a ir a buscar a Marco Antonio, le pregunta si puede quedarse un momento con el, y se besan con pasión acabando por pasar juntos toda la noche. A la mañana siguiente Marco Antonio habla con Gumersindo y le pide permiso para llevarse a su hija, el barón del café le dice que sin problemas mientras se respeten las normas sociales que incluyen que sea Francesco quien pida la mano de Rosana, Augusto que ha visto lo que pasa, le cuenta a su suegro lo que ha sucedido esa noche, y Gumersindo no tiene mas remedio que dejar que su hija se marche a Sao Paulo.
Amadeo y Mateo tienen diferentes formas de ver el terreno sobre el cual construiran los edificios, Amadeo dice que es un terreno firme y que sin el menor problema lo harán, Mateo teme que esto no sea asi, y que pueda perjudicar la seguridad. Amadeo se está enamorando de la hija de la dueña de la pensión, Doña Hortensia.
Janette cuando regresa a su casa, se encuentra con la sorpresa de que Juliana no quiere devolver a la niña que Mariana le llevó a la pensión para que amamantara, a lo que el propio Marco Antonio decide ir el mismo a buscarla para que sea Rosana quien de ahora en adelante la cuida, pero Francesco se opone, ya que Rosana no tiene leche, y conviene en que nadie le quite la niña a Juliana al menos mientras la está amamantando.
Angélica toma una decisión importante: convertirá en socios en la próxima cosecha de café a los colonos, y les dice que se quedarán con la mitad de lo que recojan. Gumersindo pone el grito en el cielo, pero doña Socorro apoya a su hija totalmente.

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