lunes, 28 de julio de 2008

capitulo 2 terra nostra

Capitulo 2:
Mateo no puede callar más y comenta a su suegro y a su esposa que ha encontrado a su Juliana, D. Gumersindo le propone amparar a la joven, si Mateo no abandona a su esposa, a lo que Mateo accede. Durante un tiempo, Juliana vive cerca de Mateo, aunque no pueden ni hablarse apenas, lejos de ser una ventaja, es un auténtico suplicio para los amantes, que se ven, que están tan cerca, y a la vez, tan lejos, contienen sus ansias por estar juntos por tocarse, por besarse, no han tenido apenas un segundo de felicidad desde que desembarcaron en aquel maldito día en que los separaron a la fuerza.
Un día Mª del Socorro, le pide a Juliana que no se siente a comer con ellos, porque el padre Olavo está en la hacienda y no quieren dar detalles de ella. Juliana asiente y se va a su cuarto, cuando todos han comido, Mateo llega a la cocina y Leonora le cuenta lo que ha pasado, Mateo va a buscar a Juliana para avisarla de que vaya a comer junto a el, se la encuentra sentada al lado de una ventana...se queda mirandola y le tiende su mano... ella sonrie con ternura y va a su encuentro, no se hablan, solo se miran, sus ojos lo dicen todo. Mateo la acaricia, y la besa, primero con ternura, después con fuerza, con pasión, es como si pusieran toda su vida en ese beso, no saben cuando podrán estar juntos de nuevo.
Pero en la hacienda las cosas no serán fáciles para la dulce Juliana. Rosana se muere de celos y envia a su hermana Angélica a la fiesta de la colonia, alli Angélica ve como Mateo baila feliz y dichoso al lado de su Juliana, que solo tiene ojos para él. Es avisado por Bartolo, y va al encuentro de su cuñada para sacarla a bailar, cuando llegan a la fiesta D. Gumersindo, su esposa Mª del Socorro y su hija Rosana, se encuentran a Mateo danzando con Angélica. Pero Rosana siente celos hasta del aire que respira Juliana, y acaba por convencer a sus padres para que la saquen de donde ella misma la metió para vigilarla (de su casa). D. Gumersindo con la excusa de encontrar al hijo de Juliana y Mateo, se la lleva a la ciudad, dónde por otro lado, D. Francesco ha encontrado un niño que hace pasar por hijo de la dulce joven... Mateo siente que su alma se desgarra al ver el carruaje con su amada alejarse, y mucho más cuando su suegro le dice que Juliana ha rehecho su vida junto a su esposo Marco Antonio y le pide que no la vuelva a buscar más... las lágrimas y la amargura del joven enamorado son patentes en estas escenas...
Por su parte Marco Antonio y su padre, deciden que el niño lleve el nombre de Francesco, temen que si le dejan a Juliana elegir, esta sin pensarselo dos veces escoja el nombre de su amado y padre del bebé Mateo.
Augusto se debate en un mar de dudas, su padre Altino, está cada vez peor de la famosa pedrada, y su mente empeora por momentos, lo que conduce a ingresarle en un asilo, y es él quien tiene que ocuparse de las propiedades de su familia, está tan decidido a venderlas, que provoca una reacción increible en su esposa Angélica: se niega rotundamente a venderlas decidiendo que ella misma será quien se ocupe de sus propiedades, no en vano son también suyas. Pasa el tiempo, las aguas vuelven a su cauce, la vida sigue su rumbo, y Rosana próxima a dar a luz, siente los primeros síntomas del parto en una fiesta de la colonia italiana. Mateo corre a buscar a Leonora para que la ayude, y al poco tiempo nace el primer nieto varón de D. Gumersindo que no cabe en sí de felicidad. Al ver tanta algarabía por un niño varón Angélica le confiesa a su hermana que si da a luz una niña, está decidida a abandonarla. Gumersindo ayuda a su yerno Augusto a vender el café fruto de la cosecha, para ello van a la ciudad, donde comunican al joven la triste noticia del fallecimiento de su padre, tan mal se encuentra el muchacho que D. Gumersindo se hace cargo de los funerales de su consuegro. Juliana por su parte da la noticia de que está embarazada.
Los padres de Paola, también van a vender su café a Sao Paulo, y Paola les habla de D. Francesco, les dice que quizás éste pueda ayudarles, como evidentemente ocurre. Francesco comenta la triste situacion de muchos italianos que ven como sus sueños de hacer un dinero, se truncan por la mala situación económica en la que se encuentran, y por las tristísimas condiciones de vida que tienen en ese pais. Tan es así que los empleados de D. Gumersindo se quejan del poco salario que ganan, incluso uno de ellos discute con Mateo, y se marcha de la hacienda. D. Bartolo comenta con su esposa su deseo de irse a su país, pero Mateo informa a su suegro de las intenciones de Bartolo, y Gumersindo decide ayudarle a comprar unas tierras para que pueda plantar sus ansiados viñedos.
Mientras están celebrando el bautizo del hijo de Mateo y Rosana, Angélica se pone de parto, y da a luz una niñita pequeña y que nace antes de tiempo, todos se preocupan mucho ante la situación de la bebita, pero Angélica teme que su padre la desprecie, pero asistimos a un Gumersindo emocionado que calma a su hija diciéndole que su nietecita crecerá fuerte como su madre. Mateo, aunque lo intenta disimular, sigue pensando en Juliana, enterado del engaño al que fue sometido, le dice a su suegro que irá a Sao Paulo a ver al hijo de Juliana, ésta a su vez piensa que lo mejor es que Mateo conozca al que cree su hijo. Mateo desea contarle la verdad de ese niño a su amada, pero Gumersindo le dice que si se va nunca volverá a ser su hijo, y que tendrá que salir con lo puesto. Tanta es el ansia de Mateo, y tanto el amor en su Juliana, que no le importa quedarse en la ruina, y dejarlo todo por ir a su encuentro.
Mateo va en busca de Juliana, para contarle la verdad sobre el hijo que tiene en sus brazos, y tiernamente enamorado le pide que lo deje todo y se vaya con él. Juliana entre la dicha de poder rehacer su vida con el hombre que ama, y la pena tremenda de tener que dejar al que habia creido su hijo, le dice a su enamorado que está esperando un hijo de Marco Antonio, Mateo le dice que no le importa, que vivirán juntos el resto de sus vidas, caminan durante un largo trecho, hasta que encuentran una humilde pensión donde cobijarse.
Marco Antonio consumido por los nervios por la desaparición de Juliana, decide ir a la hacienda de Gumersindo a buscarla, éste les dice que también Mateo se ha ido y que es muy probable que los dos amantes estén juntos. Pasan la noche en la hacienda, y durante ese tiempo, tanto Rosana como Marco Antonio se dan cuenta de que tienen muchas cosas en común.
Por su parte Mateo sale a buscar trabajo a diario, llegando a la pensión con la misma noticia, no encuentra un lugar donde trabajar, las condiciones se están haciendo difíciles, y la dueña de la pensión propone a Juliana que la ayude en la cocina para ganar algo de dinero, cosa que Juliana agradece. Cuando Francesco y Marco Antonio regresan a la ciudad se encuentran con una desagradable noticia sobre todo para el enamorado Francesco, Doña Janete ha regresado de Europa. A la par que Mateo se encuentra con Amadeo que le puede encontrar trabajo en la construccion. Un día mientras Mateo está trabajando, Juliana se pone de parto y da a luz a una niña, pero su alegria se torna melancolía al ver la indiferencia de Mateo con respecto a esa niña, sobre todo cuando éste insinúa que debería entregar a la niña a los Magliano, al final ambos creen que su amor es mucho más importante que toda discusión y se prometen no volver a mencionar el tema.
Francesco sigue visitando a Paola, cosa que la muchacha agradece mucho ya que está enamorada de él. Angelica por su parte, y para que su hermana olvide a Mateo, trata de acercarla a Marco Antonio, al principio Rosana se niega pero con la ayuda de Augusto, Angelica invita a Marco Antonio a la hacienda, con la excusa de que necesita ayuda para la campaña electoral. Tiziú encuentra a Mateo y le dice que tenga cuidado ya que Francesco ha puesto a la policía en su busca, el joven le ruega al niño que no diga que le ha visto, pero el niño agradecido a Francesco, se lo cuenta. En la pensión, la dueña y Juliana se han hecho muy amigas, y la joven le cuenta la tragedia de su vida.
La niña de Juliana se llama Ana, y la joven ve con alegria como Mateo se va encariñando con la niña, pero reconoce que ha sido una torpeza marcharse de la hacienda sin recoger nada del dinero que le deben, y decide que es bueno para sus vidas ir a por ese dinero que tanto necesitan....

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